Si algo me gusta de los camellos, y me refiero a los animales, es la cara de felicidad que tienen por naturaleza, de estar tan tranquilos que parece que les importa muy poco o nada todo lo que pase a su alrededor. Imaginen no tener problemas ni obligaciones de ningún tipo y poder vivir siempre así, vivir bien ($$$), no con esa cara claro está, pero en ese supuesto estado...
Por otro lado, disculpas por no haber pubicado en el fin de semana, pero estuve trabajando y no tuve tiempo...
sábado, 17 de mayo de 2008
No me cuentes tu vida...
Publicado por
Santiago Ojeda
en
11:27
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